El sueño: ¿lujo, o necesidad?
El sueño: ¿lujo, o necesidad?
Los seres humanos tenemos diferentes puntos de vista respecto al sueño, para muchos les cuesta mucho dormir y darían lo que fuera por ello, mientras hay otros que les obsesiona seguir despiertos. Ahí gira la pregunta ¿Es el sueño un lujo, o una necesidad?
Para entender mejor esta cuestión importante comprender que ocurre cuando dormimos, lo cierto es que se desconoce cómo empieza, lo que sí ha comprobado la ciencia es que el sueño es un complejo proceso regulado por el cerebro y que obedece a un reloj biológico con un ciclo de veinticuatro horas.
Pero estos patrones cambian, los bebes duermen alrededor de 18 horas al día, mientras hay personas adultas que tan solo con 3 horas de descanso es suficiente, otras vueltas necesitan dormir 10 horas.
A nuestro reloj biológico lo regula algunas sustancias una de ellas es la melatonina aquella que induce al sueño, cuando esta se libera se produce la reducción de la temperatura además del riego sanguíneo, los músculos pierden tonicidad y se vuelven flácidos.
Beneficios del sueño
Los sueños aparecen cuando el cuerpo está sumamente relajado, lo que nos hace despertar con la sensación de haber descansado.

El sueño también repercute en nuestro apetito, al dormir, el organismo segrega leptina, la hormona que normalmente comunica al cuerpo que hemos comido lo suficiente. Privarse de dormir puede hacer que se consuman más carbohidratos, lo que a su vez contribuye a la obesidad
El sueño facilita a nuestro cuerpo la tarea de metabolizar los radicales libres, moléculas que, según se cree, repercuten en el envejecimiento celular e incluso causan cáncer.
Deborah Suchecki, investigadora de un centro de estudio del sueño con sede en São Paulo (Brasil), comenta: “Si la gente supiera lo que le ocurre a un organismo privado de sueño, se lo pensaría bien antes de afirmar que dormir es una pérdida de tiempo o que es cosa de holgazanes”
Está claro que nadie perjudicaría a sabiendas ninguno de sus órganos vitales. Pues bien, el sueño es igual de vital, una parte de nuestra vida que no debe descuidarse ni subestimarse. Al fin y al cabo, pasamos la tercera parte de nuestra existencia durmiendo.